La situación en Israel y la región circundante se encuentra en un punto crítico tras la muerte de dos altos dirigentes, uno de Hezbolá y el otro de Hamás, lo que ha aumentado drásticamente las tensiones. El jueves, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) anunciaron que estaban en “alerta máxima” mientras el país se preparaba para posibles represalias por las muertes de Imad Shukr, jefe militar de Hezbollah, en Beirut, e Ismail Haniyeh, líder de Hamas en Teherán.
Las muertes de estos líderes, atribuidas a Israel, provocaron promesas de venganza por parte de Irán, Hamás y Hezbolá, marcando el comienzo de una nueva fase de hostilidades. Hassan Nasrallah, líder de Hezbollah, declaró que la guerra contra Israel ha entrado en una “nueva fase”, prometiendo “ira y venganza” contra el Estado judío.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, habló con el presidente estadounidense, Joe Biden, quien reafirmó el compromiso estadounidense de defender la seguridad de Israel “contra todas las amenazas de Irán”. Ambos discutieron nuevos despliegues militares estadounidenses en la región para proteger a Israel contra posibles ataques con misiles balísticos y drones, mostrando una clara alianza estratégica ante la escalada de violencia.
Si bien las FDI se atribuyeron la responsabilidad de la muerte de Shukr, no ha habido confirmación oficial de su participación en la muerte de Haniyeh, aunque Hamás, Irán y sus aliados han señalado a Israel como responsable.
El portavoz de las FDI, Daniel Hagari, afirmó que el ejército israelí está evaluando continuamente la situación y preparándose para cualquier eventualidad. “Tenemos muy buenos sistemas de defensa y tenemos aliados internacionales que han reforzado sus fuerzas en la región para ayudarnos contra estas amenazas”, dijo Hagari. Enfatizó que las FDI están preparadas tanto para la defensa como para la ofensiva, con tropas desplegadas en el aire, el mar y la tierra, listas para actuar de inmediato.
La situación se agravó aún más cuando, después de 48 horas de relativa calma, Hezbollah lanzó un ataque contra Israel, disparando cohetes contra Galilea en respuesta a un ataque israelí contra la aldea libanesa de Chamaa, que al parecer provocó la muerte de cuatro sirios y heridas a cuatro sirios. varios civiles libaneses. Las FDI respondieron destruyendo un lanzacohetes de Hezbollah en Yater, en el sur del Líbano. Aunque muchos de los cohetes fueron interceptados por las defensas aéreas israelíes, algunos impactaron en áreas abiertas sin causar heridos.
La situación es delicada, y Estados Unidos expresa su preocupación de que Irán y sus aliados puedan tardar días en preparar un ataque significativo. Los funcionarios estadounidenses, según informa el sitio web de noticias Axios, han indicado que están tomando medidas para prepararse y ayudar a contener posibles hostilidades. “Esperamos unos días difíciles”, comentó uno de los agentes, subrayando la gravedad de la situación.
Esta escalada del conflicto pone de relieve el riesgo de una guerra más amplia en la región, mientras Israel y sus aliados se preparan para enfrentar crecientes amenazas de Hezbollah, Hamas e Irán.