El número de evangelistas callejeros en los Países Bajos ha aumentado significativamente desde la pandemia de Covid-19, según una encuesta realizada por el periódico holandés AD. En varias ciudades del país, como Ámsterdam, Almere y Tilburg, los cristianos se han movilizado para llevar el mensaje del Evangelio a las calles, alcanzando un número creciente de vidas para Cristo.

El Ayuntamiento de Ámsterdam, aunque no tiene datos concretos sobre este aumento, confirmó que ha notado una expansión de la evangelización callejera en la capital. “Tenemos claramente la sensación de que hay más evangelistas en las calles. Esto viene sucediendo desde hace algún tiempo, esto no es algo que haya sucedido en las últimas semanas”, dijo un portavoz del ayuntamiento.

Otras ciudades, como Tilburg, Enschede, Deventer, Almere, Roosendaal y Lelystad, también registraron un aumento de las acciones evangelísticas. Por ejemplo, en Almere, donde en años anteriores se realizaban entre 10 y 15 evangelismos al año, sólo este año ya se han realizado 25 acciones. En los Países Bajos, la evangelización mediante la distribución de folletos y conversaciones está permitida sin necesidad de licencia, según lo estipulado por la Asociación de Municipios Holandeses (VNG).

Los cristianos y las organizaciones misioneras del país están aprovechando la libertad religiosa para cumplir el “Ir” de Jesucristo. Un ejemplo es la Fundación Evangelística Shofar, que utiliza autobuses evangelísticos para distribuir folletos y Biblias en las calles. Jan-Dirk Liefting, presidente de la misión, compartió el impacto positivo de este aumento: “Estamos creciendo enormemente. Tenemos casi quinientas personas evangelizando por nosotros. Este año tenemos mil acciones previstas en todo el país”.

Jan-Dirk, que ha estado evangelizando con Shofar desde 1999, señaló que los holandeses se han vuelto más receptivos al Evangelio después de la pandemia de Covid-19. “Eso realmente cambió las cosas. Las iglesias tuvieron que cerrar, por lo que cada vez acudían a nosotros más personas que querían hacer algo para difundir la fe. Y por otro lado también se produjo un claro aumento de la demanda. El coronavirus ha cambiado algo en las personas. Y luego vino la guerra en Ucrania, el conflicto entre Israel y Hamás. El mundo es tan turbulento que muchas personas buscan un lugar al que acudir con sus preguntas sobre la vida”.

El líder misionero también destacó que los jóvenes, en particular, han mostrado una creciente sed de Dios. “Esto es muy diferente a hace años. A veces hablo con grupos enteros de estudiantes. A menudo no fueron criados como cristianos. Esto los hace muy abiertos y curiosos”, afirma Jan-Dirk.

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