La congregación de la Primera Iglesia Bautista de Dallas se reunió el domingo en el centro de convenciones del centro de la ciudad para lamentar la reciente pérdida de su santuario histórico. Varios miembros expresaron a The Christian Post su esperanza de que Dios use esta tragedia para bien.
El viernes, un incendio destruyó la integridad estructural de la parte más antigua de la Primera Iglesia Bautista de Dallas, que fue fundada en 1868 y cuyo santuario histórico fue construido en 1890. La iglesia es una de las iglesias bautistas más grandes del sur de Estados Unidos.
Durante el servicio en el Centro de Convenciones Kay Bailey Hutchison, el pastor Robert Jeffress habló ante los más de 3.000 fieles presentes, comparando la destrucción del santuario con el “sentimiento de desesperación y desánimo” que sintieron los discípulos de Jesús la noche en que fue crucificado, pero que pronto se convirtió en alegría con la resurrección.
“El viernes pasado por la noche parecía que las puertas del infierno prevalecían, que Satanás iba a ganar”, dijo Jeffress. “Eso fue el viernes por la noche, pero damas y caballeros, es domingo por la mañana. Es un día de resurrección. No es un día de muerte”, continuó, mientras el público respondía con entusiasmo.
Jeffress prometió a la congregación que el santuario sería reconstruido y afirmó que no permitiría que Satanás tuviera la última palabra. Destacó la importancia de la reconstrucción como símbolo permanente de la verdad, inmutabilidad y resiliencia de la Palabra de Dios.
También mencionó el gran apoyo que ha recibido la iglesia y expresó la creencia de que Dios redimirá la situación.
Al final del servicio, Jeffress animó a todos a unirse mientras cantaban la doxología. Mientras la congregación cantaba “Alabado sea el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo”, la mayoría levantó las manos juntas en muestra de solidaridad y adoración.
La Primera Iglesia Bautista de Dallas se mantiene firme en su fe y determinación de reconstruir, convirtiendo la tragedia en una oportunidad para mostrar la fortaleza y resiliencia de la comunidad.